El Colegio de Escribanos porteño informó que sigue el boom inmobiliario. Las dos franjas más dinámicas son la compraventa de inmuebles de más de 100 mil dólares y las financiadas con créditos hipotecarios indexados. Qué riesgos puede haber para los deudores.
Agosto se sumó a la cadena de meses (ya suman más de un semestre) en los que se verifica un boom de crecimiento en la cantidad de compraventa de inmuebles, particularmente en la ciudad de Buenos Aires. El Colegio de Escribanos porteño informó ayer que en el octavo mes del año se registraron 6019 operaciones, un 42,3 por ciento más que en igual mes del año 2016. Más de una cuarta parte de esas transacciones, precisamente 1601, se realizaron a través de créditos bancarios hipotecarios. Con respecto a agosto de 2016, el aumento en la cantidad de compraventas con hipoteca fue del 161 por ciento. El novedoso mecanismo de créditos UVA acercó la posibilidad de acceso al crédito a una franja de la población que no llegaba a cumplir con los requisitos de los préstamos tradicionales. Pero también aumentó los riesgos a futuro.
En los ocho primeros meses del año, se registraron en la Ciudad Autónoma 36.586 actos de compraventas inmobiliarias por un monto global de 83.321 millones de pesos. Estas cifras representan un valor medio por operación de 2.277.400 pesos, que traducido al dólar promedio entre enero y agosto arroja un valor medio por unidad transada superior a 140 mil dólares. Esto corrobora lo que señala el Colegio de Escribanos en su informe, donde apunta que las operaciones de la franja de más alto valor por unidad resulta la más dinámica en esta recuperación de la actividad inmobiliaria. Por otra parte, pese a que las ventas a través de crédito hipotecario bancario crecen explosivamente, la participación de esta forma de financiamiento continúa siendo minoritaria dentro del conjunto de transacciones (menos del 27 por ciento en agosto).
Según Setton, la diferencia entre el sistema tradicional y el de créditos UVA, es que en este último “es el deudor el que toma los riesgos” por el probable impacto de la inflación sobre las cuotas. En cambio, el acreedor queda exento de ese riesgo que en los créditos tradicionales recae sobre sus hombros, y “se asegura rentabilidad positiva por un préstamo a largo plazo”. Sin percepción sobre los riesgos futuros, las familias con expectativas de llegar a la casa propia se van a ver atraídas por estos nuevos créditos. Este hecho ya se verifica en las estadísticas inmobiliarias, mientras que con respecto al impacto a futuro, será el tiempo el que dé la respuesta.
Fuente: Indiceprop
https://www.indiceprop.com/inuevo/recuperacion-inmobiliaria-con-riesgos/