Es sabido que toda  empresa – no importa su tamaño – debe obtener rentabilidad. Sin alcanzar un beneficio económico ninguna empresa podrá sustentarse en el tiempo. Claro que esos beneficios pueden orientarse a distintos fines: Incrementar las utilidades de sus titulares y elevar sus niveles de vida; optimizar las reservas que toda empresa debe disponer;  reinvertir en la empresa, dotándola de adelantos tecnológicos o modernizando sus sistemas/soportes físicos; invertir en bienes o actividades afines para  diversificar los riesgos empresariales, entre algún otro motivo familiar o personal. Si bien las positivas expectativas que vaticinan para el mercado inmobiliario los máximos exponentes del sector – corroboradas por los índices de crecimiento tanto de las operaciones realizadas como  las preadjudicadas bajo el reciente sistema hipotecario –  anticipan una mejor performance de los operadores, el constante incremento de los costos operativos, la mayor presión fiscal y la modificación retributiva en el regimen de alquileres, conspiran contra la necesaria rentabilidad.

Sin pretender desplegar una tesis sobre la administración de una empresa – insisto en no importa su tamaño – detallaré una guía de areas/actividades en las que se despliegan las tareas cotidianas de una inmobiliaria, con el propósito de que sirvan de referencia  al responsable de la misma para desarrollar un auto diagnóstico que le permitan obtener su propia evaluación. Desde allí, podrá tomar las decisiones correctivas en búsqueda de  optimizar sus resultados.

  1. Administración: Se cuenta con un sistema apropiado, simple, moderno y eficaz? Se dispone de la tecnología informativa y de registración actualizada? El personal operativo está capacitado é identificado con las tareas?
  2. RRHH: Está asignada la tarea al personal según su mayor habilidad/capacidad? Se mantiene intercomunicación frecuente con el personal para conocer sus inquietudes? Se logra el clima positivo que toda organización requiere para llevar adelante los objetivos empresarios?

 Se desarrollan programas sistemáticos de capacitación/atualización?

 Se aplica un “Programa de estímulos” premiando a los más eficientes?

  1. c) Contable/Financiera: El sistema de contabilidad adoptado es el adecuado? Se aplica un buen sistema de costos? Se efectúa un efectivo control de los gastos? Se mantiene información actualizada sobre la situación financiera de la empresa? Se procura información actualizada acerca de las mejores oportunidades financieras a las que se pueden acceder sin perjudicar el flujo financiero necesario para el desenvolvimiento empresario?
  2. Comercial: Está debidamente profesionalizada el área? Se desarrolla la investigación de mercado que permite advertir y anticiparnos según tendencias? Se trabaja sobre un “Plan de negocio” que orienta a todos los recursos de la Empresa a los objetivos fijados en aquél? Predomina la actividad pro-activa sobre la reactiva? Se mantiene actualizado al personal asignado al area sobre las nuevas características del mercado tanto de oferta como de demanda?
  3. Gestión operativa: Con qué grado de eficiencia se gestiona? Se alcanzan los objetivos pautados para los períodos mensuales/trimestrales/semestrales/anuales? Se adoptan los sistemas y recursos técnicos de comunicación? Se realizan “encuestas de satisfacción” sistemáticas para conocer la evaluación de los clientes?

Auto diagnóstico: Fije una puntuación de 0 a 5 para cada área. El ideal será 25 puntos total. La suma de las 5 divídala por 5 y aquella área que está por debajo del promedio es la primera que deberá implementar una readecuación para en principio, equipararla con las restantes. Si desea profundizar esta evaluación, divida cada área en la cantidad de items que contiene y le indicará cual se presenta como el más débil.

Fuente: Prof. Jorge Aurelio Alonso