Como sucedió en el mercado residencial, el cmercado de inmuebles comerciales no permaneció ajeno al tsunami que provocó en el sector la devaluación del peso. «Las altas tasas de interés, la inflación, la devaluación y la recesión han desacelerado el ritmo del mercado, y por lo tanto las empresas han frenado o dilatado planes de inversión», reconoce Alejandro Badino, director general de Colliers.

La buena noticia que pone sobre la mesa el referente es que hay algunos sectores como el agro, la energía y la exportación de servicios que mantienen su impulso y generan demanda y no sólo de oficinas sino también en el mercado industrial.

Si uno realiza un análisis más segmentado, los pisos corporativos de menor categoría fueron afectados: los precios cayeron y se renegociaron contratos. Distinto es el panorama de las oficinas clase AAA que, según el broker, defendieron sus precios e inclusivo mantuvieron la vacancia. Sin embargo, el mercado más afectado por los cambios en las reglas macroeconómicas fue el de retail. «Hay locales que cerraron y otros contratos en plena renegociación», afirma Badino, quien resalta que uno de los mayores problemas es la presión impositiva.

«La continuidad de este sistema impositivo es prácticamente inviable y debería traer aparejada la reducción de gastos por parte del Estado. Y si bien se puede observar que han tenido la intención de hacerlo, hasta el momento el resultado está lejos de lo esperado», agrega el especialista. En números, las ventas en shoppings también sufrieron una fuerte retracción en octubre de 18,6 y 10 por ciento,  espectivamente, comparado con el mismo mes del año pasado. Según la encuesta de centros de compras elaborada por el Indec, el total de ventas en octubre alcanzó los $6648,5 millones. Los rubros que menos crecieron a precios corrientes, además de los productos electrónicos, son diversión y esparcimiento (12%); amoblamientos, decoración y textiles para el hogar (14,7%), y juguetería (16,1%). Por otra parte, la demanda de alimentos En cuanto a las proyecciones para el 2019, el efecto «año de elecciones» es una mala noticia para la recuperación del consumo y el movimiento de la economía . «Siempre hay una tendencia general a esperar a ver cuál es el escenario político y económico más claro. Por lo tanto, el mercado de retail debería iniciar una recuperación muy lenta, mientras que el de oficinas corporativas se mantendría relativamente estable en materia de precios y vacancia, aunque con escasez de demanda», finaliza Badino.

Fuente: Diario La Nación

https://www.lanacion.com.ar/2204842-el-2019-ano-incertidumbre