Todo mercado – y en especial el inmobiliario – hace frente a profundas modificaciones en los comportamientos sociales, anticipadas por la pandemia y este sector, agudizada por la falta de crédito para la vivienda. Este nuevo cuadro de situación compromete al titular de la inmobiliaria especialmente, alcanzando a todo el personal que la integra, ya que requiere implementar nuevas estrategias  en  la comercialización y gestionar acorde a los requerimientos de una sociedad motivada por nuevos estilos de vida y atraída por los nuevos adelantos tecnológicos. Todo se ha modificado: Los nuevos medios de comunicación; la gravitación de las redes sociales en la opinión pública; el empoderamiento femenino en las áreas directivo-laboral; cultural y científica; el sistema “home workers”; la educación virtual; el avance de la “compra virtual”; la incipiente pero progresiva robótica hogareña, son algunos factores que inciden para que la inmobiliaria del hoy deba ser una organización con concepto del “real estate”. Por lo tanto es necesario saber y comprender que hay modalidades, sistemas y procedimientos que se han implementado y con ellos optimizado resultados: la digitalización por ejemplo. Consultas; ofertas; promociones; “visitas” al inmueble; “ver” el barrio y alrededores. Simplifica tiempos. Economiza energías. Moviliza el ingenio de todo integrante de la inmobiliaria. Y obliga a una adecuada planificación de las tareas de todo el personal.

Pero lo conceptual tiene que ser “bajado a la práctica”. Por tal consideramos  de utilidad repasar lo nuevo; lo modificable; lo continúo que la empresa inmobiliaria – cualquiera sea su tamaño – tendrá que aplicar en su tarea cotidiana. El “día a día” debe estar planificadocon  la finalidad de que las “improntas”, que habitualmente presenta la gestión, no altere el cumplimiento de ciertas tareas esenciales.

Vayan entonces algunas recomendaciones:

  • La actividad deberá iniciarse 15 minutos antes de  la hora de apertura, dando tiempo así a que los equipos decomputación y comunicación estén habilitados para usar a partir de la hora en que está anunciada la atención al público. Crece el requerimiento de “rapidez” en quien llega a nuestras oficinas.
  • Generalmente las tareas de oficina se desarrollan más adecuadamente en horas de la mañana ya que las atenciones telefónicas, por internet y personalizadas se realizan con más intensidad en horas de la tarde.Por lo tanto será preferible que el personal asignado lleve a cabo las siguientes en horas de la mañana:
  • Respuestas a clientes, tanto telefónicas o virtuales, que se harán dentro de las 24 hs. de recibidas.
  • Requerimientos de documentos a clientes o profesionales, originados por operaciones en gestión.
  • Revisación de material disponible para venta o alquiler. El conocer el stock que la inmobiliaria puede ofrecer, le otorga a quien vende o asesora mayor seguridad.
  • Valuación y actualización de valores de alquiler/venta prefijados. La dispersión de precios, una economía inflacionaria como la que atravesamosy las motivaciones quegravitan en el comprador o vendedor, exigen una revisión permanente de los precios convenidos en el inicio de nuestra participación.
  • Recorridas personales de zonas/barrios (caminando para observar todo detalle), a realizar por lo menos mensualmente.
  • Evitar se publiquen propiedades ya vendidas u ofertas duplicadas en las páginas especializadas para buscar y encontrar propiedades.
  • Evaluar resultados de contactos; entrevistas y concreción de operaciones  contra objetivos fijados.

A partir de ahora y frente a los resultados ventajosos que se advierten con la nueva metodología de gestión, será necesario  fortalecer los servicios remotos, mientras se reservan las etapas presenciales solo para trámites específicos. Hay ciertas actividades  que se están implementando y que son más eficientes, que no deberían  ser como se realizaban antes; debemos orientarnos a la digitalización del 100% del proceso.

Las expectativas favorables que se avizoran para el sector en este nuevo año requieren que quienes operen en él estén preparados para responder con metodología actualizada. Ello implica que además de disponer de modernos sistemas administrativos y de comunicación, el personal tendrá que adaptarse conceptualmente no solo a ellos, sino también a una gestión renovada en la “alta calidad” de atención a los clientes y al desarrollo profesional de “servicio” que como profesional presta.

Prof: Jorge A. Alonso

Asesor Académico Instituto de Capacitación de la Cámara Inmobiliaria Argentina