En los últimos meses se percibe un aumento de la demanda de inmuebles y un amesetamiento de los valores de las propiedades, después de tres años de baja. El 2023 será un año bisagra hacia una mejora de precios real en 2024.
Después de tres años con tendencia a la baja, el mercado inmobiliario cierra el 2022 con señales alentadoras. En los últimos meses, los precios de las propiedades dejaron de caer y se percibe clima más optimista para los negocios.
Aunque conviven realidades distintas, entre lo que sucede en los grandes centros urbanos y zonas de menor densidad poblacional, la tendencia general es alentadora.
Así lo confirmó a MDZ el presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina, Alejandro Bennazar.
“Desde hace unos meses estamos viendo un amesetamiento en los valores de las propiedades y un aumento de las consultas y las operaciones. Los niveles de escrituras ya están en los registros del 2014 y 2015 y falta poco para alcanzar los picos del 2017 y 2018. Esos años marcaron un pico en la actividad impulsado por la aparición del crédito”, señaló a MDZ.
La situación es dispar. En la ciudad de Buenos Aires, donde se encuentra la mayor concentración de inmuebles hay un aumento de la demanda que está reduciendo la brecha entre el precio pedido y el ofrecido.
“Veníamos de niveles de contraoferta de 15% o más y ahora se cierran operaciones con sólo 5% o menos de diferencia entre los que pide el vendedor y lo que está ofreciendo en comprador. Esa es una señal de un mercado más sólido”, agregó.
La explicación de esta situación se puede encontrar, por un lado, en la estimación por parte de los inversores a que los valores de la propiedad llegaron a un piso. El otro motivo es la demanda de compradores que buscan adquirir un inmueble para volcarlo al alquiler tradicional o temporario. Esto encuentra justificación en una mejora en la rentabilidad de la locación que pasó del 2% anual a más de 3,5% para contratos de dos años. Duplica esos niveles si se trata de alquiler temporario.
Según el empresario, la recuperación del mercado de compraventa se percibe con más fuerzas en algunas provincias. En este caso, la demanda está relacionada con la mejora de la actividad agrícola ganadera y el turismo.
“Hay muchas zonas del interior que ya están recomponiendo los precios. También en el gran Buenos Aires norte se nota una demanda fuerte. Lo mismo sucede con los terrenos para construir que ya cotizan en su máximo históricos”, explicó.
En este contexto, las perspectivas para los próximos meses son alentadoras.
“El 2023 va a ser un año bisagra en el que se va a consolidar esta tendencia y una transición para el año siguiente. La demanda va a ir en aumento. Seguramente, el 2024 va a ser un año bueno en ventas, recuperando el volumen de otros años, y eso se reflejará en una mejora de los precios” puntualizó Bennazar.
Por el momento, los vendedores se están beneficiando por la reducción de la brecha de la contra oferta, pero se estima que en 2024 comience una recuperación real de los valores de las propiedades.
Por Horacio Alonso
Fuente MDZL